De algunos libros que ya están y otros que estarán, hay párrafos que al leerlos me gustaría encerrarme con ellos, como la niña que se encierra con su bolsa de caramelos en su cuarto y allí, al margen de miradas, los saborea; ahora uno de fresa, después este de limón, luego el de menta...
¡Son palabras tan bellas!
Siempre me ha gustado agitar las bolsas de caramelos y estar atenta al ruido que produce el chocar de unos con otros.
El ruido de las palabras bien colocadas en un párrafo, evocan imágenes reales, las ves, las oyes, las hueles. Desprenden una melodía que llega al alma.
Ese es el arte de un buen escritor: sorprender, evocar, llevar al lector a esa habitación o al lugar más lejano para endulzarle la vida y, mientras tanto, hacer que se pregunte por esa vida, la de todos y la de cada uno.
Las buenas lecturas son las que te plantean interrogantes, las que te le llevan a la búsqueda de otras lecturas para trazar el mapa que te conforma.
Un buen libro te cautiva desde la primera frase, desde la primera página. La frescura de los escritores noveles cuando están tocados con este don de saber unir las palabras para contar con sinceridad lo que han visto, sentido o experimentado es algo mágico.
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8 comentarios:
Por supuesto que sí .
En serio te digo que algunas veces cuando tengo un libro que me parece que me va a gustar soy muy feliz, como cuando de pequeña te prometían chocolates o helados, tienes toda la razón.
Un besito.
Cada libro que comienzo, es como un viaje a ese lugar desconocido que el ingenio del escritor hace que me traslade, me sumerjo en ese mundo de personajes y situaciones por él creado. La magia de la literatura es un verdadero placer.
Qué razón tienes. Eso me ocurre ahora mismo al leer estos párrafos que escribes, dan en el clavo. La magia está siempre presente. Saludos.
"Un libro que me parece me va a gustar"; ese momento, Reyes, es como si guardaras un tesoro para después. A mí también me pasa.
Amiga Elisa, lo sé, estamos inmersas en la magia.
Y tú también la compartes, David, con una buena musa además, he leído casi todo de ella, Carmen Martín Gaite, siempre me enseña con su magisterio.
Bienvendo a este costurero de palabras.
Gracias a los tres.
Te devuelvo visito para decirte que yo soy de esos raros que a veces huelen los libros. No se lo cuento a nadie, porque me da un poco de vergüenza, pero hay algunos que huelen como el mejor perfume...
A mi también me gusta el olor de los libros.
Hola a todos los comentaristas. A algunos no os conozco pero es como si os viese: un libro en las manos, un lugar solitario, repantigados leyendo. Y el disfrute que sentís, es el mismo mío. Así que...creo que os conozco.Un saludo, cómplices en el placer.Uva.
Me gusta eso, Uva, compartir cosas que nos gustan.
Besos
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