Las nubes y las estrellas no libraron esta guerra
los arroyos no informaron a nadie
si las montañas arrojaron piedras de fuego al río
fue sin tomar partido
la gota de agua que se balanceaba levemente bajo la hoja
no tenía opinión política
y si aquí o allí una casa
se inundó de aguas residuales
o envenenó a los que allí vivían
con lentas humaredas, durante años
quisieron negar cobijo
año tras año, tantos sonidos humanos.
Los árboles no se prestaron a que los cortaran en tablones
ni las espinas a desgarrar carne.
Mira a tu alrededor
y pregunta de quién es la firma
Una parte del poema Para el expediente, más en:
Entre los poetas míos… Adrienne Rich Cuadernos de poesía crítica n.º 10
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