la imagen de un tren, un tren antiguo
que acarreaba carbón. Los de ahora no son iguales. Guardo ese sonido
familiar: un traqueteo, un latir monótono y acompasado. Es un
sonido que si cierras los ojos ya estás dentro del vagón mirando
por los cristales, y, mientras contemplas el vértigo de las cosas,
imaginas, o ves cómo se ensimisman los demás.
En cada mirada hay
una historia, hasta en la de los que sólo viajan para cerrar los
ojos. Puede que de esta manera, esa realidad
con la que no estamos conforme pase rápido, igual que los paisajes
desde el tren.
De eso saben
mucho las ventanas de los trenes. He estado de viaje y esta vez ha
sido en tren, me apetecía mucho, aunque ahora la velocidad ha
sustituido al traqueteo.
14 comentarios:
Es tal como lo dices, muy bien dicho. Hace muchísimo tiempo que no viajo en tren, y también me apetece. Besos
Ese soporífero traqueteo que nos hundía en los ensueños más hermosos... Un aBRAZO.
Viajar en tren,sí, en tren que no el AVE; una de las muchas costumbres que vamos"arrinconando" con las prisas que, sin darnos cuenta, nos hemos impuesto para tener más tiempo y... ¿cuántas cosas por disfrutar dejamos atrás para ir a ninguna parte?
Bienvenida. Besos. Ave Peregrina.
A también me gusta el tren, tanto los antiguos como los modernos. Pero, reconozco que los antiguos tienen, tenían, ese traqueteo que te mecía.
Me alegra saber que disfrutaste de tu viaje.
Besos
El traqueteo, las ventanas, el paisaje que pasa, las miradas, los ojos cerrados, las voces en las estaciones, el vendedor que grita 'café, chocolate, bocadillos!' (ese fue su grito en las estaciones en Holanda) son imágenes y sonidos que quedan siempre con nosotros, la generación de los que viajamos en trenes y ambientes de tiempos pasados.
Besos
El viaje en tren es siempre un viaje del alma.
Me ha gustado mucho.
Besos.
Mi abuelo trabajó como dibujante en los ferrocarriles argentinos, siempre me contaba que su papá había sido maquinista. para mí la palabra tren tiene un sabor a niñez, a familia, a cariño compartido.
Un abrazo, Isabel
Un placer para disfrutar y dejarse llevar...
Feliz fin de semana.
Como isleña que soy, no sabes la ilusión que me hace un tren (como un río o un castillo) y lo ilusionada que me pongo cuando voy a realizar un viaje, con su traqueteo y su paisajes.
Un abrazo grande, querida Isabel
Los viajes en tren tenían antes algo de épico. Ahora, como bien dices, la reina es la velocidad, como en tantas otras cosas, pero del viaje en sí queda poco. En fin, así está el panorama. Besazos, querida amiga.
Es que a ochocientos kilómetros por hora no se viaja, sólo es una extraña forma de desubstanciarse (quién no ha aterrizado en Barajas cuando de alguna manera aún deambulaba por el Prat...).
Los trenes saben narrar las historias que cruzan.
Un beso sin prisa alguna.
Desde el año 62 estoy cogiendo trenes. Los primeros con asientos de madera, luego de cuero, y de los que se podían bajar las ventanillas y asomarse, con el consiguiente riesgo de que te entrara carbonilla en el ojo...Viajar en ellos era una verdadera odisea. Tan lentos, que no veias la hora de llegar a tu destino. Pero tenian su encanto. La familia y amigos te podian despedir en el mismo andén y corrian a su par en el momento de echar a andar, hasta que ya aceleraba y se volvían.
Hoy en 2 horas 20 min. voy de Malaga a Madrid. Le doy un achuchón a mis niños y me vuelvo.....!!!qué maravilla!!!
Me encantan los trenes.
Un abrazo prima.
Lo que sí sucede, y es una ventaja, es que ya no se nos marcan las tablas de los trenes antiguos, en las piernas al sentarnos, jejeje...
GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN ESTE TRAQUETEO.
ABRAZOS
Esos trenes !! tan unidos a mi vida también: LEON...SEVILLA...
Un mundo de suenos unían aquellos trenes. Todavía lejos...la UVA.
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