Sí, por fin es la lluvia esperada que empapa y acumula. He escogido un texto y un poema de dos narradoras que me gustan para ilustrar esta entrada.
Leyendo a Isak Dinesen (seudónimo de Karen Blisen) en Memorias de África.
Cuando el sonido cada vez más acelerado pasaba sobre tu cabeza, era el viento en los altos árboles del bosque, y no la lluvia.
Cuando corría a lo largo de la tierra, era el viento en los arbustos y en las largas hierbas, y no la lluvia.
Cuando susurraba y sonaba sobre la misma tierra, era el viento en los maizales -donde sonaba de una forma tan parecida a la lluvia que te engañaba una y otra vez y hasta cierto punto te compensaba, como si estuvieras viendo una representación de lo que deseabas-, y no la lluvia.
Pero cuando la tierra respondía como una caja de resonancia, con un ruído fértil y profundo, y el mundo cantaba en torno tuyo, en todas las dimensiones, por encima y por debajo, esa era la lluvia. Era como volver al mar cuando has estado mucho tiempo lejos de él, como el abrazo de un amante.
A Isak Dinesen
Tu voz, honda y serena, transparente
como el agua de ríos primordiales,
brota en la espesa noche y cae al alma
y cae al corazón.
Tu leve gesto
desde el fondo del libro alza su vuelo,
y es como si un paréntesis se abriera
en la africana tarde silenciosa.
Con los zapatos llenos de agujeros
te veo atravesando la llanura
o las rosadas calles de Nairobi
alta de luz y frágil como un ciervo.
Hermosa y digna vas tocando puertas,
dulce reina arruinada y pesarosa.
En la página se oye tu suspiro
y tu infinito amor triza la noche,
llega hasta mí,
restaña mis heridas.
Piedad Bonnett En consideración a la alegría
Del libro de poemas Nadie en casa
De la colección Un libro por centavos
Aquí también llovió algo ayer. Me alegra leerte,Isabel, te dejo un fortísimo brazo.
ResponderEliminarSí, por aquí también ha llovido bastante, hacia mucha falta. Un abrazo y feliz domingo.
ResponderEliminarLa lluvia en Sevilla es una maravilla; no me extraña nada ese trabalenguas.
ResponderEliminarAbrazos.
Una mujer que canta a otra mujer que canta a otra mujer que canta la lluvia: Isabel, Piedad, Isak. El agua las nombra. A las tres. Abrazo grande, Isabel.
ResponderEliminarFelices días. Feliz lluvia.
Preciosos. Besos
ResponderEliminarContesto tarde, mis disculpas.
ResponderEliminarEstas fiestas nos distraen y ocupan, a veces, más de la cuenta.
Muchas gracias por vuestro comentarios y mis deseos de salud y felicidad.
Mis abrazos de vuelta.