Al
lado tuyo, pero no
de tu mano: así te miro
andar por el jardín
de verano: las cosas
que no pueden moverse
aprenden a mirar. No necesito
perseguirte a través
del jardín; en cualquier parte
los humanos dejan
señal de lo que sienten, flores
esparcidas en el polvo del camino, todas
blancas y doradas, algunas
levemente alzadas
por el viento de la tarde. No necesito
seguirte adonde estás ahora...
de tu mano: así te miro
andar por el jardín
de verano: las cosas
que no pueden moverse
aprenden a mirar. No necesito
perseguirte a través
del jardín; en cualquier parte
los humanos dejan
señal de lo que sienten, flores
esparcidas en el polvo del camino, todas
blancas y doradas, algunas
levemente alzadas
por el viento de la tarde. No necesito
seguirte adonde estás ahora...
http://amediavoz.com/gluck.htm
A tu lado y soltándote la mano, me parece una opción de las mejores.
ResponderEliminarY sí, demasiadas huellas dejan los humanos como señales y no siempre son tan bellas...
Besos, Isabel.
Bonito poema, Isabel. Me gustó especialmente lo siguiente:
ResponderEliminar"las cosas
que no pueden moverse
aprenden a mirar".
Dejamos huellas, como dejamos versos, retazos de sensibilidad.
Un abrazo.
Es un poema de Gluck??? Es ciertamente precioso... UN abrazo.
ResponderEliminarHuellas indelebles de lo hermoso.
ResponderEliminarMuy lindo Isabel. Besos.
ResponderEliminarMuy hermoso. Un abrazo, Isabel,
ResponderEliminarQué bonito¡¡ Se imagina una mil cosas. Besos de UVA.
ResponderEliminarZarzamora, a mí también, andar sola, a veces tambalea pero siempre recompensa.
ResponderEliminarBesos gordos.
Isabel, sí, yo creo nos miran, a mí también me encantó esta frase de esta genial poeta.
ResponderEliminarPrecisamente a esas huellas, que no hacía falta nombrar, iba dedicado el poema.
Abrazos
Darío, como habrás visto ya (siento contestar tarde) por la dirección de donde lo tomé, este poema es de Louise Gluck y me gustó mucho al leerlo por primera vez porque sentí como si atravesara esa sencillez a la que me cuesta tanto llegar al escribir.
ResponderEliminarOtro abrazo de vuelta.
Sí, Indigo, intentando, no tan bien como tú, buscarlas para alimentarnos.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Teresa. Un abrazo.
ResponderEliminartránsitos, qué alegría verte por aquí, en una de mis visitas a tu blog intenté opinar pero mi buscador no me dejaba, hoy creo haberlo conseguido.
ResponderEliminarGran abrazo.
Uva, no dejes de escribir lo que imaginas para deleitarnos con su lectura, venga ya niña que ya te toca.
ResponderEliminarAbracitos
Es muy gratificante poseer y poner en practica otras vias de acercamiento como las sensoriales aparte de la fisica o sin ella. Lo comparto. Besos
ResponderEliminarEl rastro de los pasos, las miradas...
ResponderEliminarEs una delicia leerte, Isabel.
ResponderEliminarUn beso gordo.
enric, qué bien verte por aquí. Los pasos de los que ya no estaban y la mirada del huerto viejo me llevo a escoger estas bellas palabras de esta poeta.
ResponderEliminarUna abrazo.
Anónimo, siento que tu nombre apagado me ha hecho saltar contestarte. Aunque me imagino quien eres, eso sí.
ResponderEliminarYo voto por no abandonar ninguna vía.
virgi, el sentimiento es mutuo y lo sabes.
ResponderEliminarAbrazo de oso.
Isa la anonima soy yo, rosa
ResponderEliminarComo siempre una suma de placeres el leerte, Isabel.
ResponderEliminarDesde los silencios que la primera nevada de este invierno ha esparcido, un abrazo enorme.
Rosa, me lo imaginé. Gracias y abrazos.
ResponderEliminarJosep, para mí es que paséis por aquí, aunque sea una sola palabra, me encanta ver vuestros nombres.
ResponderEliminarTus silencios de nevadas me traen imágenes de pueblos blancos como los nuestros. El fresquito que viene de esas nieves tuyas nos empujan a las que somos frioleras a refugiarnos en nuestras mesas camillas que tan bien se prestan a las charlas.
Más abrazos de vuelta.
Hermoso poema dedicado a la ausencia, a sentimientos y nostalgia de un pasado que nunca es lejano. La esperanza de reunión en un futuro. Un fuerte abrazo. Ave Peregrina
ResponderEliminarAve, elegí el día y el poema me eligió a mí.
ResponderEliminarAbrazo enorme de vuelta.