Y así, es... Y pese a saber y aprender de lo andado. Aún caemos... Será que todavía nos quede aún un tantito o tanto por aprender hasta tirar la toalla?? Creo que sí.. Y por eso hay que permanecer al pie del cañón.
Después de leer y leer sobre el día de la mujer me dije y mañana todo se habrá olvidado. Porque lo que es avanzar, comparado con lo que se avanza en otros terrenos, ¿qué hemos avanzado?
Eva, al pie del cañón como tú bien dices y no dejar de repetirlo. Y de tirar la toalla, nada de nada. Abrazos.
Elvira, el optimismo es difícil pero necesario, si no cómo avanzar construyendo. Besos.
Ja, ja, ja, Reyes, si te pones así. Tú lo sabes mejor que nadie porque analizas estupendamente. Abrazos.
NáN, ¡la vida y los acontecimientos van tan deprisa y hay tantas gritas que rellenar! Lo que más me preocupa, son las paradas mentales, las más, de gente que no tiene motivos para quedarse tan atrás y sin embargo... Qué fácil resulta dejarse embaucar por comodidad, ¿verdad?
Nos caemos muchas veces. Vemos muchos precipicios. Los vivimos. Los bebemos pero, si seguimos viviendo, seguimos sobreponiéndonos y superándolos aunque a ratos creamos que no podemos.
Yo creo, Indigo, que la vida nos empuja, si no ¿por qué, en circunstancias normales, nadie por mucha vejez que soporte, quiere irse y no despertar? El desespero, al menos para mí, es por lo corta de la vida que no nos permite ver los cambios. Un fuerte abrazo.
Y así, es...
ResponderEliminarY pese a saber y aprender de lo andado.
Aún caemos...
Será que todavía nos quede aún un tantito o tanto por aprender hasta tirar la toalla??
Creo que sí..
Y por eso hay que permanecer al pie del cañón.
;-)
Besos, Isabel.
Y al comprender que nos asustamos menos frente al precipicio, vemos que sí hemos avanzado. ;)
ResponderEliminarBesos optimistas
Después de leer y leer sobre el día de la mujer me dije y mañana todo se habrá olvidado. Porque lo que es avanzar, comparado con lo que se avanza en otros terrenos, ¿qué hemos avanzado?
ResponderEliminarEva, al pie del cañón como tú bien dices y no dejar de repetirlo. Y de tirar la toalla, nada de nada. Abrazos.
Elvira, el optimismo es difícil pero necesario, si no cómo avanzar construyendo.
Besos.
Que sí,que sí se avanza.Mira en la edad media había peste bubónica y ahora no.
ResponderEliminar...
Ejem.
Besos.
¿Será casualidad que solo encontremos abismo cuando nos paramos?
ResponderEliminarJa, ja, ja, Reyes, si te pones así. Tú lo sabes mejor que nadie porque analizas estupendamente. Abrazos.
ResponderEliminarNáN, ¡la vida y los acontecimientos van tan deprisa y hay tantas gritas que rellenar!
Lo que más me preocupa, son las paradas mentales, las más, de gente que no tiene motivos para quedarse tan atrás y sin embargo...
Qué fácil resulta dejarse embaucar por comodidad, ¿verdad?
Abrazos
Los precipicios están más cerca de lo que creemos, sólo la ingenuidad nos hace olvidarlos.
ResponderEliminarBesitos, querida Isabel
Toda la razón, querida virgi.
ResponderEliminarMás besos para ti.
lovely, greeting from Belgium
ResponderEliminarPaseo por tu blog tarde pero siempre, siempre, paladeando. Disfruto, ¡ya te digo¡
ResponderEliminarLA UVA.
Gracias retriever, igualmente y bienvenida.
ResponderEliminarUva, me encanta que precisamente en estos días que invitan a la salida te estés paseando por aquí.
Gracias y un abrazo.
Nos caemos muchas veces. Vemos muchos precipicios. Los vivimos. Los bebemos pero, si seguimos viviendo, seguimos sobreponiéndonos y superándolos aunque a ratos creamos que no podemos.
ResponderEliminarYo creo, Indigo, que la vida nos empuja, si no ¿por qué, en circunstancias normales, nadie por mucha vejez que soporte, quiere irse y no despertar?
ResponderEliminarEl desespero, al menos para mí, es por lo corta de la vida que no nos permite ver los cambios.
Un fuerte abrazo.