Ahí están llenando el parterre. Son las collejas, insistentes, tanto da que no se siembren. Las hay silvestres naciendo y renaciendo como las mareas en las calles denunciando lo que no es justo,
y como el apio que, cada día, surge más reluciente, frondoso, y victorioso.
Eso sí, hay que seguir regando y cuidando.
Me encanta el doble sentido de esta explosión verde.
ResponderEliminarCuidemos las plantas, como los valores; sin ellos somos autómatas, seres sin dignidad.
Un abrazo enorme, querida tocaya.
Uyyyyyyyyyyy, como viene a perfumar ese apio!!! Un abrazo.
ResponderEliminarPués sí, como las bellas y frondosas plantas, pero con raíces que caminen, siempre hacia adelante.
ResponderEliminarBesos, Isabel
Siempre regando y cuidando. Es un bonito verbo: cuidar.
ResponderEliminarBesos
Hay que seguir luchando, sí. Un beso, Isabel.
ResponderEliminarMe gusta...me gusta.!!!Brotan?...Y se plantan... ' Surgen unidas, fuertes y soberanas, desde la raiz ...hacia arriba. Para que nadie las detenga... hay , como tu bien dices ....QUE CUIDARLAS. Para que no se tronchen, para verlas, qué bien brotan. Besos Isa
ResponderEliminarAsí espero a mañana.
ResponderEliminarUnidas, fuertes desde la raíz a la punta.
Brotando desde Asturias hasta el último rincón exigiendo los derechos que como mujeres libres tenemos.
Un abrazo por tan estupenda entrada
El apio y las collejas, como la menta, desmienten a toda esa aridez casposa, reseca y resentida que nos circunda. Esa hermosa e imparable suma de lo sencillo y cierto los ha de silenciar.
ResponderEliminarUn beso, Isabel.
No olvidemos que gran parte del desierto fue un vergel.
ResponderEliminarHabrá que permanecer en las calles, un día y otro y otro, como Kiev, a ver si se dan por aludidos.
ResponderEliminarBesitos, que no nos quiten el verde.
Ahí estamos, y seguiremos porque aún queda mucho camino. Con lo que se tarda en llegar y lo rápido que se desciende cuando priva el interés económico de unos pocos.
ResponderEliminarGracias por pasar y quedaros, y por vuestra opiniones que siempre me ayudan a seguir.
Abrazos.
La ilusión y las utopías no hay que dejar de regarlas...
ResponderEliminarBesos, Isabel.
Y que lo digas, querida.
ResponderEliminarBesazo.