Lo que le ocurre al caracol es que está cansado de posar, con su mirada de pocos amigos te está diciendo que inmovil con la casa a cuestas exige un esfuerzo que tu pareces no comprender, ay, ay....y nosotras tan tranquilas sin darnos cuenta de lo dura que es su vida, ja ja, preciosa entrada. Un abrazo.
Hola Isabel, cuanto tiempo. mis flores están esperando a que les de el sol en esta Galicia, los caracoles campan a sus anchas por la humedad permanente, el verde non deja ver el grano de la uva, y el agua cae como si nunca cayese. La amapola era sacudida por el viento y, en ese impás en el que cede la detuve para siempre.
Genial, las fotos y las palabras. Gracias por tu comentario en mi horizonte, Isabel. Disfruté mucho en Sintra con una amiga mía, el año pasado, tanto que tal vez lleve a mi madre allí. Es un lugar especial y que merece la pena. A mí me recordó a Inglaterra, que tanto me gusta, por muchas cosas. Es un lugar que invita al viaje, sí. Y a la complicidad. Es un lugar especial. Algo de eso he querido transmitir en palabras e imágenes. Un abrazo grande, Nuria-Índigo.
Muchas gracias por entrar y opinar, yo también necesito relajar mediante las imágenes los sucesivos cabreos que me tomo con la situación; de ahí el descanso, como el que le di a mi caracol que se come las acelgas y las lechugas, el muy descarado.
Es simpatiquísima esta entrada, Isabel.
ResponderEliminar¿Estaba muy disgustado de veras el caracol? Me ha hecho gracia esto, mucha.
Un beso.
Lo que le ocurre al caracol es que está cansado de posar, con su mirada
ResponderEliminarde pocos amigos te está diciendo que inmovil con la casa a cuestas exige
un esfuerzo que tu pareces no comprender, ay, ay....y nosotras tan tranquilas sin darnos cuenta de lo dura que es su vida, ja ja, preciosa
entrada.
Un abrazo.
Pues si que tienes cosas importantes! felicidades
ResponderEliminarY una capacidad innata para describir con poquísimas palabras esas pequeñas cosas tan importantes.
ResponderEliminarUn beso, costurera.
¿Cabreado?... Yo lo veo muy a gusto, con sus prismáticos y su mochila.
ResponderEliminar¡Claro que está cabreado!, le has robado el agua y la comida, ¡cuidado porque a este lo tienes que torear con capote y todo.
ResponderEliminarBesos frescos.
excelente poema. Que las muy buenas fotos no nos distraigan, sino atraigan.
ResponderEliminarJeje, qué lindo tener el verde. Casi no te hace falta nada más. Pobre caracolito, dale un poquito de lo que te pide.
ResponderEliminarBesotes
Desborda ternura...
ResponderEliminarNo está cabreado, está feliz, mírale bien!
ResponderEliminar:)
¿Seguro que está cabreado? Jajaja! Yo lo veo interesado. Besos
ResponderEliminarHola Isabel, cuanto tiempo.
ResponderEliminarmis flores están esperando a que les de el sol en esta Galicia, los caracoles campan a sus anchas por la humedad permanente, el verde non deja ver el grano de la uva, y el agua cae como si nunca cayese.
La amapola era sacudida por el viento y, en ese impás en el que cede la detuve para siempre.
bon día por el sur.
Ja, ja, al caracol puedes contentarlo cantándole alguna canción. Aquella que lo invitaba a sacar los cuernos, por ejemplo. Preciosa entrada.
ResponderEliminarGenial, las fotos y las palabras. Gracias por tu comentario en mi horizonte, Isabel. Disfruté mucho en Sintra con una amiga mía, el año pasado, tanto que tal vez lleve a mi madre allí. Es un lugar especial y que merece la pena. A mí me recordó a Inglaterra, que tanto me gusta, por muchas cosas. Es un lugar que invita al viaje, sí. Y a la complicidad. Es un lugar especial. Algo de eso he querido transmitir en palabras e imágenes. Un abrazo grande, Nuria-Índigo.
ResponderEliminarPues tenés tres tesoros, tus palabras, tus imágenes,y la poesía que habita tu mirada.
ResponderEliminarEs un placer vivir la delicadeza de tu bitácora.
Abrazo va, Isabel
¡Qué lindo todo!
ResponderEliminarSe respira una quietud envidiable, apor eso el caracol está molesto, tanta visita,tanta gente.
Besitos :) :) :)
ResponderEliminarA disfrutar-te vengo. A serenarme
Tengo, tengo...los nervios a flor de piel
Estreno el 29 y no me hallo.
Besos
Muchas gracias por entrar y opinar, yo también necesito relajar mediante las imágenes los sucesivos cabreos que me tomo con la situación; de ahí el descanso, como el que le di a mi caracol que se come las acelgas y las lechugas, el muy descarado.
ResponderEliminarAbrazos multiples.