Mientras tendía, un vientecillo que anunciaba frescor
repetía un mantra en su interior.
-¿Qué dices? -Pregunté en voz alta mientras colocaba bien
estiradita su cara cuadrada.
-No me laves tanto, que voy a perder hasta la pelusa -contestó
ella sacándome la lengua.
Para Espe con cariño.
Qué simpática manera de recordarnos que estamos, casi, en otoño. Para mi gusto, la estación más hermosa.
ResponderEliminarUn abrazo casi otoñal, Isabel.
Delicioso.
ResponderEliminarSí, me temo que los días cada vez más cortos nos llevan de lleno al otoño.
Un beso grandote, costurera.
Bienvenido ese agradable fresquito otoñal, me refresca y despeja,se acerca el otoño y me dejo invadir por su luz.
ResponderEliminarBesos Isabel
Hoy he visto una seta en mi jardinera. Sí, ha llegado el otoño.
ResponderEliminarBesos
Mi mantaaaaaaaaaaaa... jijijijij... ay que gustito! No hay nada mejor en el mundo que taparse con una manta
ResponderEliminarUn beso muy grande
Sí, ya se nota el aire de otra manera. Aunque siga habiendo Sol la brisa es fresquita y el color de los rayos diferente!
ResponderEliminarJejeje
Me encanta el otoño!
¡jajajaja muy gracioso!
ResponderEliminarBesos, Isabel
Hasta la transparencia...Un abrazo.
ResponderEliminarMe gusta mucho el otoño, y tu nos
ResponderEliminarrecuerdas que ya está muy cerca con tu habitual simpatía.
Un abrazo.
En Andorra el otoño dura una tarde, a lo sumo dos. Eso, más las consecuencias de la fecha que refleja mi D.N.I., hace que cada día aprecie más las mantas de todo tipo y pelaje.
ResponderEliminarTambién aprecio, y mucho, el calorcillo de tu blog.
Las mañanas y los atardeceres de otoño son deliciosos. Parece que la manta es feliz ahí colgada, esperando las nubes ambarinas.
ResponderEliminarBesitos
Llevaba unas semanas a caballo entre una estación y otra. Seguía haciendo un horrible calor, pero mi mente ya crujía como las hojas, o al revés, requería de una mantita pero yo pensaba en el asueto vacacional... Hoy, precisamente hoy, está siendo mi primer día de otoño sin el casi, me lo dice el paisaje de mi ventana, me lo dicen mis pensamientos, este deseo de recogerse y encauzar.
ResponderEliminarQué entrada tan genial! Me encanta. Y que venga el otoño también me gusta, el aire fresquito y las mantas en el sofá. Uhmmm!
ResponderEliminarA mi me encanta el otoño. Has escrito una entrada encantadora.
ResponderEliminarBesos
El otoño está bien, lo que me gusta menos es el invierno. Por lo triste y el frío, pero se me pasará.
ResponderEliminarUn beso Isabel.
Me gusta, Isabel, las fotos y el texto.
ResponderEliminarUn abrazo
Adoro el otoño y dejarme llevar por el viento...
ResponderEliminarPerder la pelusa es casi perder la identidad...
ResponderEliminarUn abrazote
He vuelto de un viaje y de nuevo cosas por hacer.
ResponderEliminarOs agradezco de veras vuestra participación en esta invitación al otoño.
Hoy ha llovido a cántaros aquí y es como si también el invierno se me hubiera echado encima, pero está bien recordar el pim, pam del agua.
Gracias y besos.
Y gracias a la dueña de la manta por entrar.
Una joyita este conjunto.
ResponderEliminarMe encanta esa manta y su mantra...
;-)
Besos, Isabel.
Zarzamora, es muy chula y la que se tapa con ella también, y sí, funciona como como un mantra porque te abriga.
ResponderEliminarGracias por pasar.
Un fuerte abrazo.