domingo, 19 de agosto de 2012

263. Calma chicha

Las chicharras no han parado de cantar y el cielo nublado anuncia más calor.
Hoy es uno de esos días de verano de los de calma chicha: no se mueve una hoja, que decía mi madre. Es una quietud rara, como de bochorno, aire caliente del estío, pero aquí no sopla ni caliente, y mucho menos frío.
En realidad la calma chicha es la ausencia de viento que hace desesperar a los marineros.
Mario Benedetti expresa mejor esta calma chicha, porque define una quietud más amplia, esa de la que espero que salgamos cuando pasen las calores:
Esperando que el viento
doble tus ramas

que el nivel de las aguas
llegue a tu arena

esperando que el cielo
forme tu barro

y que a tus pies la tierra
se mueva sola

pueblo
estás quieto

cómo
no sabes

cómo no sabes
todavía

que eres el viento
la marca

que eres la lluvia
el terremoto.


17 comentarios:

  1. Hermoso poema. A veces no conocemos nuestra fuerza. Besos

    ResponderEliminar
  2. La calma chica presagia tormentas que en algún momento llegarán, llegarán. Todo llega, el otoño también.

    Besos
    Pd Cuándo ande por Sevilla, dale, me cuentas esas historias de infancia, si es que no las has publicado en tu Costurero antes ¿Vale?

    ResponderEliminar
  3. A mí me gusta tu descripción de esa calma chicha. Muy bien escrita.

    Besos

    ResponderEliminar
  4. Calma chicha, asfixiante, pegadiza,
    bochornosa, no se si presagia tormentas pero sería fantástico
    por que por aqui está todo seco..
    menos mal que Mario Benedetti
    con su bello poema repleto
    de sensibilidad nos anima y nos
    deja recrear en sus hermosas palabras.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. El honrado Benedetti se desespera porque no sabe que el pueblo se ha transformado en multitud sin que nos hayamos dado cuenta.

    Aquí en la montaña del norte, una brisa anuncia jersey para mañana (si no para esta noche).

    ResponderEliminar
  6. Calma chicha siempre me ha recordado a las novelas de marinos y piratas.
    Ahora mismo aquí estamos así.
    Un buen beso, Isabel.

    ResponderEliminar
  7. ¡Qué bien lo expresó Benedetti!
    La calma chicha que precede al vendaval y la tormenta.
    En todos los sentidos.

    Un beso muy fuerte, costurera guapa.

    ResponderEliminar
  8. Cuando las cosas se paran o se quedan quietas, es porque algo se cuece, ya sea movimiento, respuestas, presagios, son antesalas de lo que va a venir, La calma chicha, mosquea, porque se sabe que en algo y algo cambiará. A mi me sabe a presagio. Besos

    ResponderEliminar
  9. Cuando por aquí decimos "las calores",ya sabemos lo que somos capaces de aguantar, lo peor es la "chicha", con güasa ,es esa que nadie sabe por dónde va a salir. Esperemos, con paciencia, que los vientos serán favorables.El Ave Peregrina no sabe dónde va a anidar. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Gracias por traer al grande de Mario. Leyéndole, leyéndote, me dio la sensación que se movía algo del aire...
    Resistiremos.
    Un beso, Isabel.

    ResponderEliminar
  11. A mí también me gusta tu escrito, no solo el poema. Que conste. :-)

    ResponderEliminar
  12. No me gustaría ser ave de mal agüero, pero esta calma chicha en la que nos mecemos como patos con doble ración de tranquimazin, no parece que de muestras de amainar (en realidad se trata de una tormenta de caspa; un temporal de mediocridad; un tsunami de circo y mentiras). Todo apunta que este sofoco va para largo.

    Un beso enorme, Isabel, desde mi pequeño estanque.

    ResponderEliminar
  13. Hola Isabel Respondo a tu pregunta en casa: Esos olivares son de Galilea.

    Besos

    ResponderEliminar
  14. Cuidado con los días de calma que después viene la tormenta!

    ResponderEliminar
  15. Se me enfrían los pies leyendo, señal de que está cambiando el tiempo.

    Gracias por vuestras versiones de la calma que aguarda, en ese aguardando estoy, pero intento disfrutar de lo que me ofrecen los últimos días de este agostto distinto de otros veranos.

    Abrazos multiples.

    ResponderEliminar
  16. Ya mismo se acaba esa calma chicha. Setiembre es la curvita que toma la Tierra en su paseito, es como ir doblando la esquinita camino de ¿algo mejor?. Siempre me ha encantado jugar a "ver eso" en setiembre. Besos de Uva. (¿ves?, ya mismo la vendimia)

    ResponderEliminar
  17. Uva, si es que tú con tu mirada lo anuncias todo.

    Eso de la curvita que toma la tierra, aínnn, que "mancantao".

    Besos.

    ResponderEliminar