Y también quiero seguir los sueños de la enredadera hacía el cielo y la adaptación del camaleón, porque estoy cansada de gastar tanta energía para combatir ese miedo al precipicio.
Impresionante foto la primera... Lo dijo también Rubén Darío: Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente...
Bufff, si eres mínimamente sintiente este mundo jode mucho porque uno trata de ser camaleón para no caerse en un mundo de buitres.
Cuánta lucha por mantenerse en pie, Isabel, cuánta, por alejarnos del abismo, para levantarnos cada mañana y asistir a la pesadilla que nos envuelve. Que no nos fallen las fuerzas en estos tiempos amargos. Un beso.
No podemos rendirnos, porque somos más fuertes y porque me niego a tirar la toalla para que esos buitres nos devoren. Me aterra el conformismo que observo a mi alrededor... Un abrazo.
(Suspiro...suspiro...suspiro) Desde la distancia leo con pánico las noticias sobre España... Bueno, pánico no es el único sentimiento, hay mucha frustración también. Y parece que va para largo...
Tengo excelentes noticias: los camaleones no sólo se agarran de forma eficaz, sino que se alimentan, entre otros manjares, de moscas cojoneras (espécimen del que, como es sabido, padecemos enorme y descontrolada plaga),
Veo con gusto que me acompañáis en mi intención de no caerme.
Estoy especializándome en maldad y después del ensayo que tuve el verano pasado con las moscas, éste me voy a dedicar a las cojoneras, como dice Josep, al menos en mi corto espacio las voy a tener a rayas.
Gracias por compartir sentimientos, preocupación e intentar buscar solución a lo que ocurre.
Yo también, y estoy seguro de que otros muchos también.
ResponderEliminarUn saludo, Isabel.
Y yo..
ResponderEliminarBesos
Pues toca agarrarse con uñas y dientes. Aprendiendo de la naturaleza, como debe ser.
ResponderEliminarBesos
Lo mismo digo...
ResponderEliminarY también quiero seguir los sueños de la enredadera hacía el cielo y la adaptación del camaleón, porque estoy cansada de gastar tanta energía para combatir ese miedo al precipicio.
ResponderEliminarUn abrazo Isabel
Poseer ambas cosas a la vez,
ResponderEliminarcomo la naturaleza nos enseña,
sería lo ideal.
Abrazos.
Eso. Yo también. Y las ventositas de la salamanquesa...
ResponderEliminarBesos
Impresionante foto la primera... Lo dijo también Rubén Darío: Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente...
ResponderEliminarBufff, si eres mínimamente sintiente este mundo jode mucho porque uno trata de ser camaleón para no caerse en un mundo de buitres.
pues así estamos, más o menos, querida Isabel: agarrados a una vertical de un muro.
ResponderEliminarSi derribamos el muro, caminaremos en horizontal.
Tienes eso y mucho más.
ResponderEliminarNO hay que creer todo lo que te digan. especialmente los que mal te quieren.
Besos
La verdadera potencia reside en nuestro interior y eso, nadie nos lo puede quitar. Jamás.
ResponderEliminarA menos que nosotros se lo otorguemos.
Más besos
Cuánta lucha por mantenerse en pie, Isabel, cuánta, por alejarnos del abismo, para levantarnos cada mañana y asistir a la pesadilla que nos envuelve.
ResponderEliminarQue no nos fallen las fuerzas en estos tiempos amargos.
Un beso.
No podemos rendirnos, porque somos más fuertes y porque me niego a tirar la toalla para que esos buitres nos devoren.
ResponderEliminarMe aterra el conformismo que observo a mi alrededor...
Un abrazo.
Y la cola de los monos y el cuerpecillo ágil de la jineta. Volveremos al reino animal.
ResponderEliminarBesos, Isabel, ya veo el paralelismo que me dijiste.
(Suspiro...suspiro...suspiro)
ResponderEliminarDesde la distancia leo con pánico las noticias sobre España... Bueno, pánico no es el único sentimiento, hay mucha frustración también.
Y parece que va para largo...
Espero que estés bien.
Un abrazo :)
...y la voz hechicera de una sirena que lo cambiara todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tengo excelentes noticias: los camaleones no sólo se agarran de forma eficaz, sino que se alimentan, entre otros manjares, de moscas cojoneras (espécimen del que, como es sabido, padecemos enorme y descontrolada plaga),
ResponderEliminarComo siempre me enredo.
Un beso camaleónico, Isabel.
Veo con gusto que me acompañáis en mi intención de no caerme.
ResponderEliminarEstoy especializándome en maldad y después del ensayo que tuve el verano pasado con las moscas, éste me voy a dedicar a las cojoneras, como dice Josep, al menos en mi corto espacio las voy a tener a rayas.
Gracias por compartir sentimientos, preocupación e intentar buscar solución a lo que ocurre.
Y muchos besos.
Si estuviéramos tan pendiente y entregados para solucionar problemas como ahora mismo están todos de la pantalla otro sería el panorama.
ResponderEliminarPero toda la fuerza parece que se va al gritar gol.
Qué bellas imágenes (las de la fotografía y esas otras verbales, tan bien hiladas y traídas)...
ResponderEliminarAbrazo grande
Gracias, Gemma, otro enorme para ti.
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