Origen
Aquel que cocina calla.
Aquel que va a ser cocinado vuelve a su origen.
Destino
Como ese era su destino decidió no aparecer.
Volvería allí, por donde había venido.
El sino
Si no podía evitar que lo frieran.
Asustaría a quien lo hiciera.
Al final no lo frió él, sino ella.
Aquel que cocina calla.
Aquel que va a ser cocinado vuelve a su origen.
Destino
Como ese era su destino decidió no aparecer.
Volvería allí, por donde había venido.
El sino
Si no podía evitar que lo frieran.
Asustaría a quien lo hiciera.
Al final no lo frió él, sino ella.

Me encanta la fotografía de la cocina y ya me imagino a mí mismo friendo mi sino con aceite de oliva virgen y mucha sal.
ResponderEliminarUn abrazo
Llegado el Grial a la cocina
ResponderEliminarerrante en la aventura del destino
se insinúa en sino en interior...
Y un beso en ese viaje de la vida
Jajaja, me encantó!!
ResponderEliminarUn beso
Muy sugerente, muy hábil y bien tramado. Esa actitud pasivo-agresiva del objeto a cocinar deja como una inquietud a la altura del píloro...
ResponderEliminarBesitos
Una entrada simpática y original, con un trasfondo que me deja pensativa.
ResponderEliminarMe encanta este costurero tuyo, Isabel. Pasas de un puntada a un guiso con una habilidad envidiable.
Un abrazo cariñoso.
Excelente texto y muy, muy sugestivo.
ResponderEliminarda para meditar...
Un beso
"Como ese era su destino decidió no aparecer". Sólo esta frase ya da para pensar largo rato.
ResponderEliminarMe quedo, no sea que no fuera mi destino.
Un abrazo
(qué cocina más bonita!!)
Este "no sé" me encanta, pero dile a la fritura que haga el favor de no chisporrotear y quemarte. ¡Será violenta la muy...!
ResponderEliminarGracias por las risas, Isabel. El humor es necesario, incluso cuando filosofamos.
Un beso.
jajaja...
ResponderEliminarQué gracia...
Un abrazo.
Destino, destino, si. Aunque no sé si origen... Besucos confundidos
ResponderEliminarPara meditar, que bonita y a la vez
ResponderEliminarque complicada frase..."como era su destino decidió no aparecer"...
si supiéramos o pudiéramos cambiar..
cuantas cosas haríamos distintas.
Un abrazo.
Origen, destino, sino.
ResponderEliminarTodos imbricados para no zafarnos ni un milímetro.
Besitos, Isabel.
Yo a veces canto cuando cocino y cuando cocinan para mi calló de pura felicidad.
ResponderEliminarCocinas palabras que invitan a la relectura y a la reflexión, ¿a qué si no? Abrazo añil.
ResponderEliminarUn lío grandísimo el que me armo con eta lectura PARA MAYORES o PARA CRECIDOS. Quizá, justo eso, sean el origen, el destino y el sino.
ResponderEliminarDisfruto mucho en esta mesa-camilla que es tu Costurero. Besos de una Joven de Enero. UVA.
Aquí lo malo es que cuando quieres desaparecer ya estás frito.
ResponderEliminarYo sabía una; el domine cabra:
Fuimos a cenar,
cenamos todos y,
no cenó ninguno.
un abrazo, Isabel.
No se si era mi destino, pero sea lo que sea es un enorme placer andar picoteando manjares por esta cocina.
ResponderEliminarUn beso agradecido.
No se si era mi destino, pero sea lo que sea es un enorme placer andar picoteando manjares por esta cocina.
ResponderEliminarUn beso agradecido.
eso sí que es poesía "doméstica"
ResponderEliminarsaludos
Raúl
Últimamente escribes cosas muy inquietantes, Isabel, y la foto, y me encantan. Son buenísimas!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando hablo de foto también inquietante, me refiero a la segunda. La primera es acogedora, lo cual aumenta esa sensación inquietante después.
ResponderEliminarEse tomate da miedo.
ResponderEliminarMe ha gustado como ordenas las palabras y esa primera foto de la cocina.
Un beso.
Me parece una adivinanza que no consigo descifrar. Sin embargo,opino que tal vez del origen al destino sólo hay un trecho, pero el sino es demasiado profundo. De todas formas, me deja intrigada esa extraña figura: el destino de unos churros o el sino de unos chorizos fritos.Besitos.
ResponderEliminarMe parece una adivinanza que no consigo descifrar. Sin embargo,opino que tal vez del origen al destino sólo hay un trecho, pero el sino es demasiado profundo. De todas formas, me deja intrigada esa extraña figura: el destino de unos churros o el sino de unos chorizos fritos.Besitos.
ResponderEliminarMe encanta tu cocina, tus azulejos en forma de flor azul oscuro, son como los que yo tuve en mi primera cocina.
ResponderEliminarMe encanta como guisas y como coses.
Un abrazo fuerte desde mi Librillo.
Me gustan también las fotografías, sobre todo la de la cocina, con esos colores y esa luz, y el tema de la foto.
ResponderEliminarUn abrazo
Esa cocina que quiero conocer.
ResponderEliminarNo importa demasiado la denominación
ResponderEliminarEl final, antes o después está asegurado. No hay elección.
Un beso.
Genial, genial!! Me ha encantado. Besos
ResponderEliminarjajajajaj qué bueno!!!
ResponderEliminarEs verdad,nunca se sabe quién acabará frito.
Besitos.
¡Qué ocurrente!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, mi hermana es una apasionada de la ciencia, es lo que estudia y será a lo que se dedique...por eso intenté hacer el texto lo más científico posible. Y sí, me has pillado...
Muchas gracias y un fuerte abrazo
En su libro "La práctica del relato", Angel Zapata cuenta una anécdota:
ResponderEliminar"García Lorca escuchando a Ruben Darío recitar: "que puberes canéforas te ofrecen el acanto",
se levantó desconsolado y dijo: "otra vez, por favor; que yo sólo he entendido el "que".
Ni yo soy R. Darío ni lo pretendo, pero no sé como no me habéis tirado el pimiento a la cara, porque ni yo misma, ahora, sé lo que escribí.
Por eso quiero agradeceros y no explicaros uno a uno lo que pretendía. A veces nos dejamos guiar por cosas que luego nos parecen inexplicables; a mí me pasa mucho, y en ese intento de que me entiendan, no me entiendo ni yo.
Gracias, gracias, gracias y abrazos.
¿ No hablabas de teatro?
ResponderEliminarSonrisa
Aquí, ¿quién dijo miedo?
ResponderEliminarYo soy el teatro, jajaja.
Besos.
¡Guasona!
ResponderEliminar¿ Pimientos?
Tienes mucha suerte.
Cada día, me llevo a casa, todos los ingredientes para una buena ensalada.
Tomates, huevos, lechugas y hasta las aceitunas.
El vinagre, lo pone el director cuando me mira.
Vamos, que he encargado un cartelito que pone. "Los huevos, duros y pelados por favor. Los tomates blanditos que hacen mucho daño cuando están duros. Muchas gracias"
Espero me hagan caso la próxima semana.
Un beso y una gran sonrisa.
Buen domingo
Aquí, te lo juro, es la rodaja de un pimiento morron.
ResponderEliminarEstaba yo entretenida cortando verduritas para un arroz y al poner en el plato las rodajas, ésta en particular me pareció la cara de un simio pequeñito, de ahí lo del origen.
Si se pincha en la imagen se aprecia en la boca algo parecido a las burbujitas que hace un bebé.
Y no tengo nietos, que conste, pero sí imaginación, esa pordios, pordiosito, que no me falte.
Un gran abrazo.