Con el sol de la mañana ha entrado una mosca, sólo una y no la has matado, ¿te estarás ablandando? Se ha posado en el papel en que escribías, lo ha olido y para no quedarse pegada se ha frotado las patitas, coqueta. ¿Por eso la has dejado marchar?
Ahora estás leyendo y vuelve revoltosa.
La observas y recuerdo tu furia del verano. Se diría que has cambiado, Martín. ¿Te habrás vuelto bueno con tanta felicidad deseada? ¿Será el espíritu navideño que siempre te impregna cuando ha pasado la navidad?
Otro vuelo; atrevida y viendo que no hay peligro aterriza en tus labios, te está haciendo cosquillas con las patitas bien limpias, se cree la reina de los mares, feliz, sin contar con la lengua que asoma...
Arghhh! Jajaja! No me esperaba ese final!!! Muy bueno, Isabel.
ResponderEliminarBesos
Una mosca arriesgada.
ResponderEliminarSupongo que le ha costado la vida ¿no?
Ñam, ñam...
ResponderEliminar:)
Besos, Isabel.
Qué tierno me resultó.. Me gustó mucho.
ResponderEliminarUn beso
Me parece buenísima tu inversión de planos, lo "normal" es que un relato como el que has ambientado (hábilmente) nos lleve hacia la sorpresa trágica, no que se escape flotando hacia lo cómico.
ResponderEliminarGracias por las risas y el ¡ajjjjj!
Un beso.
jajajjajajajaj el comentario de Zarza... jajajajaja
ResponderEliminarEstofado de mosca....
jajajaja
Besos
ahhh me olvidaba, Martín se supera.... el chico tiene buen corazón.
ResponderEliminarAy, qué bueno, esa lengua pérfida!! Evolucionar o morir!!
ResponderEliminarElvira, ya sé, otra vez el asco, pero no he podido evitarlo, jeje...
ResponderEliminarUn abrazo.
claudia, eso lo dejo a vuestra elección, aunque quizás, si es verdad que se ha vuelto bueno, nada más sopló. Besos.
Zarzamora dicen que "el mal camino hay que andarlo pronto", para que esperar, jeje...
Más besos para ti.
Inma, la verdad es que tierno... eso es que no has leído el micro del enlace, pero si a ti te lo parece, yo encantada. Otro beso.
Susana, gracias a ti por tus palabras, no sabes lo gorda que me he puesto, ni los turrones.
ResponderEliminarSiento el asco pero no había más remedio.
Abrazos.
Myriam, por qué negarle el cambio, al final se hará amigo de ellas.
Besos.
Ladelmedio, las lenguas dan mucho juego.
Besos.
Muy bueno, Isabel. He vuelto a leer el otro relato, qué rápido pasa el tiempo.
ResponderEliminarUn saludo
Recordé a Serrat.
ResponderEliminarJusto anoche tenía yo una por aquí, volando muy ingenuamente.
Besitos
Me ha gustado esta imagen de la felicidad: la lectura, la escritura y... la mosca por el medio, jajaja. Transmite sosiego, aunque ese final carnívoro... No diré nada, que la culpa es de la mosca, ¡hala!
ResponderEliminarUn beso, tocaya.
Jajaja, el espíritu navideño no ha impregnado a Martín todo él. Más bien solo su lengua.
ResponderEliminarpregunta para Martín : ¿Cómo se nota que una mosca está oliendo?
Me ha encantado el texto. Un abrazo, costurera.
A mí también me has recordado a las moscas de Machado... y el final también me ha parecido excelente. Sigamos observando la realidad e intentando hacerla nuestra, con nuestras torpezas y nuestros aciertos, intentamos rozar, aunque sea levemente, el temblor y la vida que se agita... incluso en el cosquilleo suave y sútil de una simple mosca. Abrazos en añil.
ResponderEliminarmosca en labios: el cielo protector
ResponderEliminarmuy bueno, isabel, te debo mail (gracias)
Precioso final...
ResponderEliminarme ha encantado..
un abrazo!
Es genial, amiga.
ResponderEliminarUn placer pasear por aquí. LLevo un buen rato disfrutando de todos mis atrasos.
¡¡No pares, no pares¡¡
UVA.
Gracias, José Luis, el tiepo vuela y nosotros con él. Otro saludo.
ResponderEliminarvirgi, son tan nombradas que buscan siempre estar presentes.
Besos.
Isabel, se lo decía a Elvira, lo del asco, pero cómo dar esa vuelca de tuerca. Al menos te he hecho reir, tocaya. Otro beso.
Freia, las moscas acuden a los olores fuertes, así que Martín debía padecer halitosis, jeje...
Gracias a ti y otro abrazo.
Índigo, qué bien recordaros a cantantes o poetas. Son tan pesadas las moscas que quién no ha hablado de ellas. Otro abrazo para ti.
ResponderEliminarLara, ¡qué buena peli!
No me debes nada, tienes cosas más importantes que atender.
Gracias a ti por pasar.
Abrazos.
Y Otros... gracias por tu visita. Otro abrazo.
Uva, ni pensarlo, ya tendremos tiempo de estar paradas, ¿no?
Besazo.
Soy un coleccionista de instantes mosca y tu relato, chispeante y excelente, me anima a no cesar en mi absurdo empeño.
ResponderEliminarUn beso para nada volatil.
Dulce, dulce..un besazo desde Murcia...seguimos...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esa descripción del camino hacia la felicidad.
ResponderEliminarBesos
Me ha gustado mucho esa descripción del camino hacia la felicidad.
ResponderEliminarBesos
Qué cruel... y natural.
ResponderEliminarBesos
me acordaba muy bien de la mosquita anterior. Desde luego no esperaba el sorprendente final
ResponderEliminarEs fantástico y divertido.
Felicidad ¿Sera´posible?
Buenos días
Beso
Josep, a mí me gustan tus instantes:foto-palabras. Son los que mejor reflejan el entorno.
ResponderEliminarBeso del sur nublado hacia las montañas.
Alp, dulce, dulce, no sé yo, pero si tú lo ves así te lo agradezco.
Daltvila, supongo te refieres a la felicidad de Martín, y quizás ¿por qué no? En su rareza puede que sea feliz.
Gracias por pasar.
giovanni, una definición muy realista y concreta de lo que es. Más besos.
Aquí, en el aire las dos como las moscas, jeje...
Besos volando para ti y buen finde.
Me ha gustado mucho, Isabel, y también el cuento anterior, Martín. No es nada fácil hacer cuentos crueles con un motivo tan simple y los tuyos son buenísimos. Por cierto, te dejo aquí un haiku de Issa Kobayashi que me encanta:
ResponderEliminarNo la aplastes.
La mosca se frota
manos y patas.
Un gran abrazo!
Bel, gracias y también por el haiku. La mosca de Martín seguro estaría encantada.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muy bueno!
ResponderEliminarJaja.
Besos.
Menuda merendola!!!
ResponderEliminarDesanse en paz la mosca...
jejeje
Un abrazo!
Sue, me alegra te guste.
ResponderEliminarBesos.
Marta, descanse en paz si se la comió o buen viaje si voló.
Besos.
Me encanta esta mosca atrevida y cabezona, que grande relato. Un abrazo Isabel.
ResponderEliminarSara M.
me ha gustado mucho, lo cual no es óbice, obstáculo o cortapisa para que me haya dado un poquitín de repelús...
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