Un coche rueda, se para en la cuneta,
el conductor se baja y se sorprende:
hay una mata de girasol rebelde...
No está de acuerdo,
no se reconoce en los demás.
Y, mientras, ellas bailan.
Y el girasol va a su aire, aunque,
no es bueno ir por ahí, solo, riéndose...
Pues sí, el girasol pisa fuerte, es rebelde, sabe lo que vale y luce sus flores con cierto orgullo. Y los zapatos de bailar flamenco también sirven para reafirmarse y decir ¡aquí estoy yo! Me gusta que los hayas juntado. Creo que se llevan bien. :-)
ResponderEliminarBesos
El girasol se rebela. Al girasol sólo le interesa la luz del sol, igual que a Diógenes el Cínico.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Buscando el sol.
ResponderEliminar¡Ozú, qué bien combinas las palabras con las fotos!
De zapatos de flamenca, ni hablo. Menudo palizón me di ayer por tu feria.
Eso sí, los rebujitos son una delicia.
Buen fin de semana
Un beso
Es verdad que tus mezclas sugieren muchas cosas.
ResponderEliminarBeso al girasol independiente.
...Y gira, y gira el girasol
ResponderEliminarlevantando su corona al sol
...Y en el escaparate suena
el taconeo, a la par de los reflejos. Mientras, el girasol
se eleva rebelde o no...
Un repente para tu costurero
Besicos
El girasol rebelde luce como un ramo de margaritas de belleza enorme!!!
ResponderEliminarUn abrazo con mucho sol
No es bueno, no, que te toman por loco
ResponderEliminarMe gusta ese girasol aislado en la cuneta, él que tiende a ser gregario
ResponderEliminarUn abrazo, Isabel
Siempre es un placer sonreír entre girasoles rebeldes, y contemplar el futuro taconeo que ya se imagina a lo lejos.
ResponderEliminarUn contrastado y acertado conjunto.
Besos, Isabel.
Ande yo caliente, ríase la gente (o el girasol)
ResponderEliminarBesitos
Creo que todos tenemos algo en común con el girasol:la libertad, la locura, la rebeldía,la belleza interior,la tolerancia, el equilibrio, la alegría, la tristeza y un final feliz por haber sido condescendiente con los que están a su alrededor.Besitos.
ResponderEliminarJajaja, me ha hecho gracia la relación con los zapatos de flamenca. Claro que sí, que defienda su derecho a vivir independiente al ritmo de la música, jeje.
ResponderEliminarBesos
Me encantan los girasoles, y el tratamiento que les has dado en este post, como un sol hacia el que miran.
ResponderEliminarLas flores del girasol están bailando, los zapatos están esperando pies y piernas y caderas para bailar. Destacan el amarillo y el rojo. Qué fiesta!
ResponderEliminarBesos
Alguna semilla cayó en el lugar y él nació para buscar el sol y alegrarnos la vista
ResponderEliminarO a lo mejor era un girasol de Bilbao, que ya sabes que nos dicen-soy bilbaína- que nacemos donde nos da la gana............
Un beso, Isabel!
Perfecta combinación, Isabel, me gusta mucho.
ResponderEliminarSaludos
Hola querida Isabel,
ResponderEliminarno está solo, tiene semillas. Lo que hace es probar que tal se vive en nuevos lugares.
Un gran abrazo***
Elvira, no sé si se llevan bien, pero sí encajaba dentro de lo que quería contar y que al leerlo de nuevo no sé si lo conseguí.
ResponderEliminarGracias y besos.
Francesc, son palabras con sus recursos y su fantasía. Si has observado los campos de girasoles sabrás que salen uno a uno, es muy raro ver una mata sola y con varios girasoles, y más sin ser el tiempo en que crecen. Pero es verdad que buscan, como otras plantas, el sol.
Salud
Aquí, con lo tarde que contesto, lo siento, ya se habrá pasado el efecto, pero no el recuerdo, supongo.
Muchos besos.
Reyes, a mí me sugirió una historia y me alegraría que a ti también, seguro la describirías mejor que yo. Besos.
Cabopá, resulta que no gira, pero nos gusta creerlo.
Me gusta mucho ese repente que te agradezco.
Una abrazo.
Es verdad, GEMMA, que parecen margaritas si los miras de frente, de hecho mi hijo pequeño cada vez que los veía los llamaba margaritas grandes.
Un fuerte abrazo.
Miguel, siempre das en el clavo, que agudo eres.
Freia, me alegra, pasaré a que de nuevo me sorprendas, y a disfrutar de las variaciones.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Zarzamora, si de placeres hablamos estoy contigo.
Gracias y besos.
virgi, ese refrán parece no pasar nunca, qué sabios, como tú.
Besos.
Y que lo digas, EMEGE, y que lo digas. Besos.
Lucía, que rías me encanta y se agradece. Besos.
manu, viniendo de ti es un halago que te agradezco de veras.
giovanni, te fijas en todo, acostumbrado a observar siempre. ¡Qué bien, una fiesta! Besos.
José Luis, no sé si perfecta, pero me alegro mucho que te guste. Mis saludos.
Ofelia, acabo de ver tu comentario y me has recordado que no había puesto que las semillas quizás las transportó algún pajaro.
ResponderEliminarQuería contar que una vez pusimos las pipas a secar en la azotea de la casa y los pájaros no dejaron ni una. Gracias a ti lo he recordado y tienes toda la razón.
Me alegro mucho de volver a leerte y contemplar tus magníficas fotos.
Un fuerte abrazo.
Flor rebelde busca sol,zapatos encontraran pareja para bailar !
ResponderEliminarTe encuentro detras de esos simbolos, capricornio !!! Igual
que yo. Muchos besos a mi sevillana preferida.
Colombe, qué bien verte por aquí.
ResponderEliminarY mejor ser tu sevillana... aunque yo baile menos que tú, pero sabes que tenemos afinidades en la música.
Un fuerte abrazo y besos a todos.
Me encantó Isabel, qué forma tan original de escribir y unir imágenes.
ResponderEliminarLos girasoles están preciosos
¡Un beso!
Gracias, Isota, coincidía que era feria aquí en Sevilla y salió así.
ResponderEliminarBesos