Caparazones varados, casa de tanta vida ajena (insectos, plantas, juegos de niños, refugio del caminante extraviado...). Su propia vida prosigue en el subsuelo. ¿Alguien da más?
La naturaleza nos brinda un gran catálogo de plantas , de los que si nos fijamos detenidamente podemos aprender lecciones para enriquecer nuestra vida . Gracias por recordarme que en cuanto me descuido me transformo en las hojas de un sauce . Besos
Las apariencias engañan, lo más importante está oculto en su interior: la "savia" que aún les mantienen vivos. De aprendiza nada, muy buena composición. Besitos
"Jamás al verte, carcomido tronco, la voz olvido de mi caro padre, que triste, enmedio de sus tiernos hijos, dijo una tarde...
Tu sugerente foto me ha recordado ese precioso poema (¿de quién?) que termina haciendo un parangón entre nuestra propia vida y la del árbol. También creo que necesitamos ya ver los rebrotes verdes y a nosotros mismos, medio en cueros, al sol. Uva.
Uve, el poema que mencionas es del poeta y político ecuatoriano (llegó a ser presidente de su país), Luis Cordero (1833-1912). He podido localizar el poema entero en una edición mecanoescrita escaneada por Google y aquí lo copio, con permiso de Isabel (hermosas fotos ribereñas).
Parábola del árbol
Jamás al verte, carcomido tronco, la voz olvido de mi caro padre que triste, en medio de sus tiernos hijos, dijo una tarde: -¿Mirasteis niños, la lozana pompa de aquel frondoso y elevado sauce, a cuya planta, multitud de tierras vástagos nacen? -Pues bien, formarán un bosque, tupidas ramas desplegando el aire, las que ahora brotan en delgado mimbre, trémulo y frágil. Más, ¡Ay! Entonces notaréis que el árbol, adorno y gala del frondoso valle, sus hojas pierde, su cabeza inclina, sécase y cae. Queridas prendas, los endebles tallos que a ser aspiran encumbrados sauces y el viejo tronco que la muerte aguarda, son nuestra imagen.
Tienes todo mi permiso, Alfredo, para entrar aquí con tu sabiduría. Gracias por completar este bello poema que inició Uva. Porque siempre aprendo de vuestras palabras.
esos olivos como un cante hondo me llevan hacia esa tierra de Andalucia. Tambien evocan una imagen de gemelidad, tambien pienso en el poema de Charles Baudelaire "correspondances" "la nature est un temple où de vivants piliers laissent parfois sortir de confuses paroles" gracias Maribel por esos 2 ??
Gritan desde sus centros oscuros,
Esos pobres árboles viejos y que ya no darán fruto...
ResponderEliminar.....pero que aún así están llenos de vida, ¡son vida!..
ResponderEliminarNacidos de las entrañas de la madre tierra, bañados por el eterno sol.
¿qué pueden gritar al aire que los acaricia?¿qué eco lastimero de su tronco palpita?
Lo que más me impresiona de los árboles es que RESISTEN .
ResponderEliminarA veces hacen falta muchos, muchos temporales para derribarlos.
Bocas negras que nos gritan.
ResponderEliminarHagamos algo antes de que, con razón, nos devoren. (Tienen tiempo y raíces suficientes para hacerlo).
Caparazones varados, casa de tanta vida ajena (insectos, plantas, juegos de niños, refugio del caminante extraviado...). Su propia vida prosigue en el subsuelo. ¿Alguien da más?
ResponderEliminarLa naturaleza nos brinda un gran catálogo de plantas , de los que si nos fijamos detenidamente podemos aprender lecciones para enriquecer nuestra vida . Gracias por recordarme que en cuanto me descuido me transformo en las hojas de un sauce . Besos
ResponderEliminarPobrecillos, cuántos morirán este año a consecuencia de tantísima agua como ha caído. Esperemos llegue pronto el buen tiempo y se recuperen.
ResponderEliminarBesitos.
Miguel, parecen pobres, pero ahí están orgullosos, todavía...
ResponderEliminarMusaraña, nos recuerdan su vida, sí.
Reyes, a veces sólo un rayo es capaz.
NáN, sobre todo antes de...
Alfredo, me has recordado los míos, mis juegos, dentro de unos enormes eucaliptos que había al lado de mi casa del pueblo.
Iris, qué bella imagen nos has obsequiado. Besos a ti.
Lola, esperemos, de lo contrario vamos a criar verdina, jejeje...
Amantes del bosque...
ResponderEliminarAl menos esperan en compañía.
Los quise amantes, Verónica, por eso los acerqué. Si aumentas la foto verás el fallo de la aprendiza que soy.
ResponderEliminarLas apariencias engañan, lo más importante está oculto en su interior: la "savia" que aún les mantienen vivos. De aprendiza nada, muy buena composición. Besitos
ResponderEliminarNo creas emege-e, pero la intención me pudo.
ResponderEliminarBesos.
"Jamás al verte, carcomido tronco,
ResponderEliminarla voz olvido de mi caro padre,
que triste, enmedio de sus tiernos hijos, dijo una tarde...
Tu sugerente foto me ha recordado ese precioso poema (¿de quién?) que termina haciendo un parangón entre nuestra propia vida y la del árbol.
También creo que necesitamos ya ver los rebrotes verdes y a nosotros mismos, medio en cueros, al sol. Uva.
Precioso, Uva, gracias por traer tu poema y tus palabras.
ResponderEliminarYa sabes que siempre agradezco tu visita.
Uve, el poema que mencionas es del poeta y político ecuatoriano (llegó a ser presidente de su país), Luis Cordero (1833-1912). He podido localizar el poema entero en una edición mecanoescrita escaneada por Google y aquí lo copio, con permiso de Isabel (hermosas fotos ribereñas).
ResponderEliminarParábola del árbol
Jamás al verte, carcomido tronco,
la voz olvido de mi caro padre
que triste, en medio de sus tiernos hijos,
dijo una tarde:
-¿Mirasteis niños, la lozana pompa
de aquel frondoso y elevado sauce,
a cuya planta, multitud de tierras
vástagos nacen?
-Pues bien, formarán un bosque,
tupidas ramas desplegando el aire,
las que ahora brotan en delgado mimbre,
trémulo y frágil.
Más, ¡Ay! Entonces notaréis que el árbol, adorno
y gala del frondoso valle,
sus hojas pierde, su cabeza inclina,
sécase y cae.
Queridas prendas, los endebles tallos
que a ser aspiran encumbrados sauces
y el viejo tronco que la muerte aguarda,
son nuestra imagen.
Luis Cordero
Tienes todo mi permiso, Alfredo, para entrar aquí con tu sabiduría.
ResponderEliminarGracias por completar este bello poema que inició Uva.
Porque siempre aprendo de vuestras palabras.
Hermoso. Es similar a lo que dices en tu texto 128.
ResponderEliminarMe encantó.
Abrazos.
Graciela
Clarice o Graciela, los dos nombres son bonitos, me agrada mucho que te guste.
ResponderEliminarGracias y besos
esos olivos como un cante hondo me llevan hacia esa tierra de Andalucia. Tambien evocan una imagen de gemelidad, tambien pienso en el poema de Charles Baudelaire "correspondances"
ResponderEliminar"la nature est un temple où de vivants piliers
laissent parfois sortir de confuses paroles"
gracias Maribel por esos 2 ??
Qué bella comparación, Colombe, y cómo me alegro de que te traigan a esta tierra y a su música, también es la tuya porque la quieres.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Alfredo J., por hacerte eco y recopilar el poema. Lo copio y lo intento memorizar completo. Saludos. Uva.
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