domingo, 12 de marzo de 2017

435. Suerte

                                           

¿Creéis en la suerte? Yo no mucho, pero tengo que reconocer que alguna vez ocurre. Claro que para ello has de poner algo de tu parte: comprar un décimo de lo que sea, o decir simplemente tu número preferido, como me ocurrió a mí.
El libro que hoy traigo, “DIBUJOS Sylvia Plath”, junto con un almanaque precioso de la editorial Nórdica me tocó en la librería La Fuga en Sevilla al final de un Club de Lectura.  


He leído a Sylvia más de una vez, sus escritos, su vida etc. He visto, incluso, la película que hicieron sobre ella y no deja de impresionarme su muerte, como ahora leerla en la introducción a cargo de su hija, Frieda Hughes.

Mi madre, la poeta Sylvia Plath, nació el 27 de octubre de 1932 en el Massachusetts Memorial Hspital de Boston en los Estados Unidos. Vivió con energía, pasión y una sed de conocimiento que dirigió hacia sus afanes literarios y artísticos hasta que se suicidó, el 11 de febrero de 1963.

En la página n.º 17 en una carta a Ted Hughes, su marido, Sylvia expresa: me da tal sensación de paz dibujar… Puedo cerrarme por completo en la línea, perderme en ella.

Ted, su queridísimo amor, Teddy, al que tanto añora y escribe, pronto la decepcionará por sus infidelidades y ese mundo suyo tan apasionado se caerá como una montaña de naipes. Su Teddy que nos privará de sus últimos cuadernos al quemarlos y no publicarlos.  

Fue una suerte ir esa noche a La Fuga; confieso que no fui para comentar el libro sobre el que se opinaba, “Elling, el baile de los pajaritos”, de hecho lo compré al final y ahora lo estoy disfrutando. 
Fui porque hablaba Cristina Gómez-Baggethum, su traductora, sobre su oficio, sobre la literatura noruega, y también porque había un representante de la editorial Nórdica que ha hecho un magnífico trabajo con el libro de Sylvia Plath como anteriormente hizo con otro libro suyo, “Tres mujeres”, un largo poema ilustrado que se puede teatralizar porque es a tres voces. Tiene como tema la maternidad. En el libro están representadas: la mujer que centra su realización en ser madre, la que sufre por no poder serlo y la que lo es a su pesar.
Y como hablar de libros me encanta, pero no quiero aburriros os dejo con el inicio de la primera voz del poema:

Lugar: Una sala de maternidad y alrededores

PRIMERA VOZ:
Soy lenta como el mundo. Soy muy paciente,
giro en mi tiempo, los soles y estrellas
me miran con atención.
La preocupación de la luna es más personal:
ella pasa y vuelve a pasar, luminosa como una enfermera.
¿Está apenada por lo que va a suceder? No creo.
Simplemente la fertilidad la deja asombrada.

8 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Qué buena suerte, tocaya. Un libro que seguro vas a disfrutar mucho. ¡Me alegro! La poeta vale la pena.
Un abrazo

Pilar Vidal Clavería dijo...

Al hablar de suerte siempre recuerdo el cuento de Buena suerte o mala suerte, ¿quién sabe?, por las connotaciones que traía el día que me lo explicaron, el caso es que tu número preferido ¿cual debe ser? te obsequió con un magnífico libro de Sylvia Plath

Muy sugerente todo lo que explicas Isabel, tengo pendiente ver esa película.

Besos

Teresa dijo...

Felicidades por el libro. Un beso.

Myriam dijo...

¡Te felicito, te lo mereces! Ahora a disfrutarlo.

Besotes

Elvira dijo...

¡Qué bien! Eso, a disfrutarlo. Un beso

virgi dijo...

Una maravilla esa mujer, aunque solo he leído cosas sueltas, siempre pienso en comprar algo de ella, así que ahora me lo pongo por obra. Y qué bueno que hayan tenido ese detallazo, todo un regalo que te mereces.
Un fuerte abrazo, mi niña.

Unknown dijo...

Precioso el inicio del poema que compartes, dan ganas de leer más de ella. Hace unos días en un curso sobre Literatura y Salud Mental hablaron de su vida y cómo su obra ha ayudado a personas afectadas emocionalmente, deprimidas, etc. Realmente me voy a poner en campaña de conseguir algo suyo. Saludos y muchas gracias!

Isabel dijo...

Os doy las gracias por compartir mi alegría y disculpad que no es conteste por separado, tengo trabajo.
Abrazos